giovedì 5 marzo 2009

modo italiano por excelencia.

véase: guardamos el aceite en la nevera. escuchamos dead kennedys. a trapo. kill kill kill the poor. leemos cosas sobre ryanair y bologna. pensamos en dublin. hacemos la cama, colgamos banderas de palestina (la única bandera que nos puede gustar) nos duchamos, paseamos en pelotas, desayunas a las tres de la tarde y luego no comemos más hasta las siete u ocho (probablemente una ensalada)

salimos a corso vanucci, vemos que llueve, nos piden un cigarro, nos cagamos en italia por cualquier italianada.

entramos quince veces al día en la página de relaciones internacionales. hacemos planes absurdos. ordenamos el desorden. vemos perdidos. héroes. tomamos cerveza, bajamos al aperitivo de morlacchi. miramos conciertos en lastfm a los que jamás iremos. sufrimos por perdernos a yacopsae el lunes. nos autodamos una colleja porque lo importante de todo esto es que tuviste la oportunidad de irte a otro país a hacer el bajo. un país tan bajo que no se notan casi tus bajuras y tus poqueces. un país tan jodidamente bonito que a veces cuesta echar de menos el concepto hogar.


concepto hogar: fiestas universitarias, botellones hasta las ocho de la mañana, medios gramos como caramelos de limón, sudaderas de capucha, tacones absurdos, negrita, licro café, besitos por las noches. techos de madera


(especialmente)


el modo dead kennedys se está conviertiendo estúpidamente en un modo dos minutos.

(sha no sos igual sha no sos igual sos un militante de la federaal...)