martedì 27 ottobre 2009

lo áspero de las cosas es no querer que sucedan, si no que sean espontáneas. la rutina mata lo ajeno, pero de todas maneras tengo un poema para nosotros, un poema tan perfecto que no quiero compartir con nadie más.




(tengo otro para josep, por cuando castellón olía a azahar y por el umbría jazz en el que no estuve)


rimanen algunas obsesiones: los deícticos, las colegialas que suben en el bus conmigo, las espirales. ya no recuerdo mis atributos de virgen al margen de esos tres.