venerdì 6 febbraio 2009

A.A

una de tus acciones estúpidas favoritas siempre ha sido

abrir el paquete de tabaco

hasta cuando eras pequeña

tipo doce años
gorda
mallas amarillo fosforito

bajabas al bar de la esquina a comprarle a tu padre
gordo
con barba
copa de whiskey en la mano

un paquete de ducados

y volvías a casa y por el camino
calle arriba
urbanizaciones de nuevos burgueses pretenciosos que tenían

pescaderías o
joyerías o
floristerías o
varios pisos en majadahonda o
amantes como peces enjoyados

lo abrias

el plástico deslizándose despacio y suave

el giro de los dedos, un breve pellizco sobre el albal

deshacerse de todo
en el suelo

y el miedo

"¿para qué tienes tú
que abrirme nada?"

pero igual lo abrías

a lo mejor sacabas uno para mirarlo y cogerlo entre los dedos

te fascinaba la forma perfecta de presión
las lineas finas

las letras de la marca como grabadas a fuego azul


a lo mejor no sacabas nada

pero siempre lo abrías

como años más tarde abrirías
botellas de ron o
braguetas
o bolsitas con gramos de
farlopaspeedextasismarihuanahongosalucinógenossalviadivunorumprozactripis

o escrotos o
flores de saliva en la espalda de cualquiera.

entonces no sabías nada de estas cosas.
así que subías a darle el tabaco a tu padre
un beso
un abrazo
un nada

y bajabas a tu piscina de pequeño proyecto de nueva burguesa

con tus problemas de tengodoceañosestoygorda
megustaunchico

te estuvieron gustando los chicos desde los tres hasta los trece años.

a partir de los trece aprendiste a sacar cosas de ellos

sexoalcoholtabacoautoestimafarlopa

a los diecinueve empezaste a amarlos

y todo dejó de ser tan jodida y fácilmente sórdido