mancharse las manos de sangre y sonreir y besarte con la boca llena. pensar y pensar con los dedos encogidos y después agarrarte el culo con mucha fuerza a través de la tela de los vaqueros y saltarte encima y montarme a caballito en tu espalda y salir corriendo y reir a gritos como si estuvieramos locos. ese tipo de estupideces que sólo se hacen con quince años. ese tipo de estupideces que hacen que las cosas valgan la pena.
dos de la mañana y todo sereno. luna con hielo y unas gotas de césar vallejo, por favor. en vaso de tubo, con faltas de ortografía y con la mano llena de lunares. perfecto.