es el año dos mil dos y escucho el algazara de reincidentes. voy cantando en el bus y tengo unos vaqueros de campana que me encantan y que dos años después remendaré con un parche de la naranja mecánica y otro de nirvana. fumo canutos en la playa con nati julia y laura. ladilla's time. tengo un nokia 3310 y el record mundial en la snake. leo libros de bukowski y flipo por colores. soy virgen. llevo nueve meses sin liarme con nadie. estoy enamorada de un tío al que me acabaré tirando en parís un par de años más tarde y del que pasaré justo después. quedo con seco por oleiros para hablar. me dice que de todas sus hermanas, le recuerdo a melina. melina va a tener un hijo el mes que viene. me gusta su amigo pero no me lo reconozco mucho. es pronto. tengo dieciséis años y aún tengo que meterme coca con viejos en la playa de sada hasta llegar a ESE PUNTO. ese punto pasará, como todos los puntos, pero esa es otra historia.
la historia es nuestra y la hacen los pueblos.
es el año dos mil ocho y todo huele a limpio y a piel sin duchar. a piel de verdad. ando escondiéndome y borrando mensajes. todo sabe a ciclo y a dolor, a caminar por la calle de la amargura y a no saber decir que no. a no querer decir que no. escucho dos o tres canciones de los suaves. pienso. fumo. bebo licor café. me parto el cuerpo en conciertos de black panda. me follo a mi exnovio en el asiento trasero de un bus. nadie sabe nada. en fin. empiezo a aprender italiano. escribo poemas malísimos con las tripas. me meto coca, me meto md, me meto speed y peso 54 kilos. no soy feliz, no apruebo, parezco marla singer. estoy obsesionada con cortázar y con wittgenstein. me paso todo el puto día follándose a todo lo que se mueve. me enamoro sin darme cuenta. me asiento.
no se lo digas a nadie, ella de noche se lo hace en el metro.
en resumen: las cosas nunca cambian del todo. esta entrada tiene un centro raro. es que hoy, es muy dos mil ocho. y muy dos mil dos. muy antes. estoy viviendo tiempo reseso estos días, pero la verdad es que sabe jodidamente bien.