sabato 22 maggio 2010

viva dios que nunca muere. y si muere, resucita

situación.

vas por la carretera con tu deportivo de puta madre y ves, a escasos metros, un gatito.
a ti te gustan los gatitos, te cunde jugar con ellos y que se sienten en tu regazo (a.k.a colo) mientras ves pelis. cargarte al gatito sería una putada. dos soluciones posibles:

- frenas. en seco. el proceso de brusca deceleración provocará que el peso de tu super deportivo que te cagas de guapo bascule hacia delante, dejando poco espacio entre el morro del coche y la carretera, con lo que hay un cien por ciento de posibilidades de que untes de pasta de gatito cinco o seis metros de asfalto.

- aceleras. a tope. a darlo todo. de golpe. en este caso, el peso no basculará hacia delante, con lo que el gatito puede que se salve. eso sí, con un susto que te cagas.


en resumen. a por todas. fe en dios, y ferro a fondo. pobre gatito, joder. a veces las paradojas funcionan.