giovedì 5 agosto 2010

basta de entradas bajoneras, II (autoengaño y finalle)

pero de todas maneras, y por los siglos de los siglos, las canciones del ultimo ke zierre las escucho con tu puta voz.

cómo cundió el derrame y cómo cundió la primera vez que me pusiste camino de rosas en tu piso de los mallos y me encantó tanto que me bajé el directo y al final david acabó haciéndome una camiseta en la que pone olor a muerte por un día en el que estábamos jugando al poker y yo estaba muy borracha y él no estaba ni tú tampoco pero daba igual porque por lo menos tú al final aún entonces sí que estabas. punto. ya había suficientes detalles bonitos. en serio, ya había toneladas de detalles bonitos como para ahogar a un regimiento de nazis cabreados.

(y todas las entradas que guardaste en el disco duro del ordenador. que nunca me dejabas leer para no condicionarme. para que siguiera haciendo lo que te gusta sin saber que te gusta. a palos de ciego. ésta no es una más. ni una menos. espero que sea la última, pero tampoco te lo prometo. da igual. llevas meses sin pasar por aquí. es como hablarle al viento, algo así de chungo y de manido. ya da igual. como resumen, ya da igual. pero tampoco te lo prometo. yo no puedo prometer nada, porque siempre me lo acabo follando. ley de vida. total, me corto un brazo a que esto lo va a leer todo el mundo menos tú. y bien. mejor así. hay cosas que ahora mismo deberíamos ahorrarnos. yo me quedo con tus bragas y tú te has quedao conmigo.)