venerdì 6 agosto 2010

y qué pasó. lloraste durante cincuenta kilómetros, dos semanas, tres semanas o cuarenta mil mañanas y al final un amplio porcentaje de la parte contratante de la primera parte resultó que ya estaba un poco purgado porque el exilio había comenzado mucho antes. allá por febrero de 1986, una madrugada fría de estas de postal, árboles con las ramas enroscadas apuntando al cielo, rayos y truenos. el nacimiento de un ser abominable. la huida empezó ahí. con el tiempo, aprendimos a llamarla exilio. ex nihilo. y ahora, cuatro o cinco pasos más con los tacones manchados de escrotos reventados. pero píntate los labios, muñeca; suéltate el pelo. aún te quedan muchas venas por chutar.